Las Estaciones, 2004
Siempre iba vestida en riguroso negro,
no tenía Antonia con quien compartir.
Un mal de la vida se llevó al marido
y con él se fue sus ganas de vivir.
La corretean los chiquillos en el barrio... al salir.
No habla con nadie y sufre sola su calvario.
De hace algún tiempo se le ve más "animá".
"Sa" echado un tinte y la plaza va "arreglá".
Se viste guapa y la recojen por la tarde en... el portal.
Antonia está enamorá
de un señor que no parece un mal partido,
que le dice que es preciosa a los oidos.
Antonia está enamorá
y su hijo ya no le habla al enterarse
que otro hombre ocupa el sitio de su padre.
Ay..."Quien cree que es
para no dejarme volver a vivir,
que sabe él de lo que he tenido que sufrir,
cómo puede hacer que me sienta culpable.
Yo que la vida te dí,
que te dí mi alma, que te dí mi sangre.
Que al que fue tu padre no cambio por nadie.
Los besos que me niegas son puñales
porque me quieres dar la muerte en vida...¡¡que soy tu madre!!"
De hace algún tiempo se le ve más "animá".
"Sa" echado un tinte y la plaza va "arreglá".
Se viste guapa y la recojen por la tarde en... el portal.
Antonia está enamorá
de un señor que no parece un mal partido,
que le dice que es preciosa a los oidos.
Antonia está enamorá
y su hijo ya no le habla al enterarse
que otro hombre ocupa el sitio de su padre.
Ay..."Quien cree que es
para no dejarme volver a vivir,
que sabe él de lo que he tenido que sufrir,
cómo puede hacer que me sienta culpable.
Yo que la vida te dí,
que te dí mi alma, que te dí mi sangre.
Que al que fue tu padre no cambio por nadie.
Los besos que me niegas son puñales
porque me quieres dar la muerte en vida...¡¡que soy tu madre!!"